Golpe de mar

Hija de puta

 

Yugos rotos y bueyes perdidos por las flores

encelados por el aroma a libertad

Una galaxia de estrellas extraviadas atravesando el iris de tus ojos

El zumo de los sapos venenosos en tu mascarilla de las mañanas

Gas radón emergiendo de la tumba de tus sueños

 

Penes que llegan hasta el suelo 

escribiendo rastros plateados de caracol

Acicálate esas uñas de pantera para mí

 

Mandíbulas constrictas rezando a ningún dios

Manos que recuerdan callos entre ritmos de explosión

Diafragmas sobresaturados de aire para cerbatanas.

 

Un por qué de este sin nombre a cuestas

Unas rallas bien puestas al atardecer.

Tragarse el cable del acelerador y volar la junta de la culata.

 

Llorar y ahogarse en uno mismo.

 

Recordar el olor de tu pescuezo y jurar en hebreo sobre él

Pintarse la cara con barro santiguado

Odiar a todo ser ajeno a tí

Afilar las muelas con el viento de tu risa

Levantarte del suelo de las sienes y aplastar tu sinsentido

Comerte el coño hasta que se me duerma la lengua, amor

Hasta que se me muera la polla de inanición

Hasta que llore todo lo que no puedo hablar

 

Hija de la gran puta.