Encontrarte es emoción y alegría
explosión de cariño y simpatía.
Tus ojos relucen, en la noche
al margen de brillantes aguas de zafiro.
Tu dulce figura, tu tierna mirada
embelesan los sentidos de este errabundo
de corazón tímido y dedos temblorosos.
No es justa la distancia
quiero darte otro abrazo
sentir tu piel, tomar tus manos.
Nadie hay más especial que tú
musa bella de Ycuamandiyú.