Cuando mis ojos no te ven, llega a ti la lengua de mi pensamiento, que te busca desnuda en el lecho, para mojarte el alma de besos.
Para enredarse en tu cuerpo, lamiendote de norte a sur. Surcando islas valles y estrechos, ahogando en el centro del misterio.
Cuando mis ojos no te ven, te sigo con el fuego del sentimiento. Dejando ardientes huellas en tu arena, hasta encender con los labios tus pechos.