Susurros, oigo susurros del aire, del mar
susurros que me hieren,
susurros que me felicitan a través de las ondas
susurros que me hacen soñar
en un vendaval de esperanza.
Susurros de nostalgia, mi almohada
sola estaba, sobre la inmensa cama
esperando ser abrazada o quizás
estrujada de besos,
susurros que me claman
como los dioses claman a la calma.
Susurros en el valle de la nostalgia, llamando
desde el puente, desde la enramada, quizás
en la loma o en la cañada, de tu cuerpo iluminado
por las hadas
susurros de mi amada.
Susurros en mis entrañas, albergando ilusiones
en una plácida jornada, de un brillante mañana
sobre el que edificar mi reluciente aureola,
Como un rayo fugaz en la montaña
susurros que me alaban
Susurros en mis oídos, de mi gente,
de las personas amadas
llegaban a mi de todas partes, sin decirme nada
susurros que me matan
como el silencio mata al miedoso
en un campo solitario de metralla.
Susurros que me llevan en volandas
hacia otra vida de felicidad deseada
y me dan alegría para vivir otra mañana.