Mi idealismo nació en conflicto,
me saludó y me susurró
acerca de mundos y personas
felices y valientes,
generosas y comprensivas,
golpeó mi espalda
vendó mis ojos,
y se encorvó en zigzag
evadiendo lo que sufre
lo que engaña
dándole un lindo color esperanza
al muro del abandono.
Postuló a futuro como rey supremo
y lo adornó de colores increíbles,
le dió la sonrisa más grande
los ojos más dulces
y además lo hizo humilde,
todo era felicidad con él,
regaba aquellas flores muertas
con crayones de niño,
luego de someter a pasado
le dió un par de patadas
hasta dejarlo medio muerto
y me dijo 'revívelo, que tú puedes'
cada noche le pegaba una tirita
pero pasado nunca revivía
y las flores continuaban muriendo.
Entonces futuro se hizo viejo,
y lo ideal se volvió sombrío,
se arqueó de manera abismal
se contorcionó de tal modo
que no parecía de éste mundo
y por un tiempo dejo caer una cascada,
agua que hidrata,
agua que ahoga eventualmente,
y las flores crecieron,
los árboles brotaron
y por un momento los caminos,
se juntaron,
y por ellos llegó una flecha
y perforó mi corazón,
dicen que la fuerza del amor
despertó al ideal como nunca
se aferró a la flecha
la hundió de a poco,
hasta secar la sangre
y mil locuras hice
en ese momento realidad apareció
y chocó contra mis ideales
revolcó todo
destrozó el corazón
y de su tumba salieron enredaderas
remordimiento les fue bautizada,
de pronto todo se lleno de espinas
y de arena,
los días grises,
el ideal durmiente finalmente
esperó.