A la audacia del mendigo
fio mi suerte,
al poder de la limosna
mi esperanza,
a las hazañas del bien
mi recorrido,
a la luna radiante
mis noches largas.
Al sudor de tu cuerpo
fio mi estío,
al raudal de tus risas
mi alegría,
a tu amor de maestra
mi pericia,
al dulzor de tus besos
mi agonía.
¡ Soy mendigo de limosnas
que en las aceras del alma
con intensidad suplico.!