Eras tú al alba
que pintabas de rojo el cielo.
Era tu boca y tus labios
que me besaban en sueños.
Eras tú desnudo, corriendo
por el cementerio
que me decías ahora,
después era todo silencio.
Eras tú entre las olas
con tu perfil perfecto.
O eran solo mis deseos
que imponen en mi tú cuerpo.