alicia perez hernandez

Ámame toda 

Ámame toda 

Ámame con el mismo vicio que teníamos de estar juntos contando

Historias falsas y escuchando canciones para un ángel que no eras tú.

Tú no mereces ser un ángel, me has odiado, despreciado y anulado de tu vida.

Ámame a un lado de tus costillas, dame tu alma y juntémoslas,   

Para irnos al cielo, y allí; poder amarnos con el permiso de Dios,

Tengo tantas ganas de amarte, como a un ángel caído del cielo, que busca

regenerarse en mis brazos y quemarse en el fuego de mi pasión, y quiere

confesar su pecado de abstinencia, delante de Dios.

Ah como me gusta tu alma pecadora. ¿Sí sabes qué te vas a ir al infierno?

Por mentiroso, y por engañarme cantándome canciones y haciéndome verso

en tus labios, en poesía que se oculta en jeroglíficos, para que solo yo entienda

Tu pasión y tu amor, preso en lúgubre cárcel, que te nos ata al pasado,

ese que los dos vivimos plenos, enteros, sofocantes misterios ocultos,

de todo el mundo, que solo tú y yo sabíamos las letras que nos daban

pasión carnal y hábitos oscuros, para poseernos sin trascendencia,

qué nos condene a amarnos de esta manera, ante los ojos de Dios.

Ámame toda, así cómo te amo yo, sin pedir lo que no tienes, porque no puedes

dármelo, volvamos a jugar los juegos que los dos jugamos y nos hizo felices.

Ámame entera… solo una noche

Cobíjame bajo tu cuerpo oscuro, y sombrío, necesitado del mío.

Voy a llenarte todo de mí, para qué no me olvides jamás!!

Ámame ahora y dame una noche completa de amor seré toda tuya y mía.

¡¡Ámame, aunque no quieras amarme!!  

¡¡Te Amo mío horas, noches y días!!

¡¡Ámame entera!! ¿Estás abrumo de tanto amor que te doy?

Somos infierno y gloria, nadie como tú y nadie como yo!! 

Alicia Pérez Hernández... México

No es la pluma la que escribe, es el alma

Todos los derechos reservados©

 

Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra…
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
y morena…
Quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!

Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… O no me quieras!

Quiéreme entera Dulce María Loynaz