Entre tinieblas frías me encuentro sediento,
de tu tracto húmedo absorberé el ultimo aliento.
Ha llegado la hora, disfrutaré lento gotas de sangre rodando de tu barbilla
partida al igual que de tus costillas llenas de heridas.
La escotilla atrapa tu grito ahogado en pesadillas.
Cómo es este cielo sin luceros preso de agujeros negros;
solo una noche oscura y tu en mis garras sin salida,
ruega que me arrepienta que quiero oler tu sufrimiento
necesito saciar mis papilas gustativas con hierro
tal ves solo mis pupilas son adictas al afecto del olor fétido
despedido por un cuerpo descompuesto.
¡No tengas miedo al final vivirás dentro de mi cuerpo!