En el jardín del amor, flores danzan,
sus pétalos son promesas que nunca se desplazan,
y un susurro suave, con el eco de un romance,
como estrellas que reverdecen a su alcance.
En ese edén donde los corazones se encuentran,
brota el más hermoso amor que se concentra,
un sol eterno que nunca declina,
se mira tan hermoso como el sol de la Argentina.
Las miradas, chispas que encienden la llama,
en los ojos, el reflejo del alma que reclama,
cada palabra y poesía que se desliza,
en el rincón del amor, que el tiempo simboliza.
Manos entrelazadas, cómplices en la danza,
caminan juntos por la senda de la esperanza,
en el jardín, donde el amor florece,
la dicha se dibuja cada vez que se amanece.
Ríos de ternura que fluyen sin medida,
El amor ha llegado bloqueando la salida,
dos almas, en su danza interminable,
el amor más hermoso, inconfundible e insaciable.
Bajo el dosel del cielo estrellado,
se entrelazan sueños en un cielo despejado,
en el jardín del amor hay un eterno abrazo,
donde los corazones se sostienen unidos entre lazos.
Así, en el lienzo de la vida que se escribe,
resplandece el más hermoso amor,
y un canto eterno con melodía que revive,
en el jardín del amor, a un loco que sobrevive.