Esta mañana lluviosa, impasible,
oteada en el salitre del mar donde navego,
importa en su desmayo
la fría cualidad de un tiempo en agonía,
la expiración atormentada en estertores de guerras,
las tribulaciones frente a la injusticia,
las infinitas medias verdades
acomodadas al servicio de unos pocos,
la deslealtad a las leyes democráticas,
el renegar de la condición humana,
todo enredado, enmarañado entre noticias fariseas
proclamadas, por marionetas defensoras
de astutos mentirosos,
desde los altavoces de radios y televisiones
manipuladoras.
Saturado estoy de tanta holgura
por donde la mentira se acomoda,
no quiero escuchar las mismas falacias
en diferentes atriles,
y apago sus lujurias y me duermo
convencido de despertar en otro puerto
donde otra mañana,
oteada en otro salitre,
importe en su tesón un mundo nuevo.