Tú duermes conmigo
sobre mi almohada
en mi ombligo
una poesía en mi mente
paseando por la colina
del amor y del delirio.
Mi pena es un anochecer
sin estar contigo
sin tu querer, sin tu arrullo
paloma mía, vente conmigo
al mar del sueño en una barca
de amapolas y de quejíos.
Quiero, amapola mía,
que me beses los pies
las rodillas, los muslos
mi vientre enfurecido.
Una lucha titánica quisiera contigo
amándote como se aman los vientos
los lunares, tus labios y los míos
caracoles de casas sedientas de rocío.
Como la piedra es inmortal
y mi amor imperecedero
quiero ser tu árbol, tu escarcha
bañarte con mi locura
y secarte con pañuelos blancos
al final de una jornada de escalofríos.
Como mis muslos son tuyos
y los tuyos son míos
quiero ser una amapola
un mar de sal, una laguna rosa
un tejido de terciopelo en tu alma.
Llenarte tus labios de besos
tu corazón de rocío
un mar de sueño
en una noche sombría.
Quiero que me montes
como una amazona
me sonrías, me envuelvas con guirnaldas
de amor todas las noches
como en navidad se decoran los árboles
aunque sientan frío.