Lea Nieves Torres

Cascada Poética

La vida es un tren que llega pero no sabe a dónde va.

Qué caminos toma la vida y por qué caminos irá?

Tren que llega tren de la vida que transporta alegría y amor

O que transporta la tristeza, la soledad y el desamor...

 

Sol de la vida su reflejo se dibuja en un arrebol

En Luz y sombra y su bosquejo pinta su imagen al carbón

Un negro lápiz que del fondo pinta reflejos del amor

Boceto puro mundo blanco eternizado en un temblor.

 

El tren de la vida está anclado junto al muro de la ilusión

Y en su esqueleto vana la escarcha

Del amor y de la pasión y en su carrilera despliega

Rieles cargados de emoción. Multicolores sueños rielan sin pasaporte, el permiso

Como beduinos del desierto por este Cosmos de pasión.

Cosmos de estrellas que en su playa plañidera de doble viso

Tiene un jardín que el rey del tiempo sembrara alli con ilusión

Con rosas,  de finos perfumes para sellar un compromiso.

La vida es como un tren que arriba fortuitamente a la estación

Y que en su vientre encierra seres que van en ruda procesión

En dos mil veinte en que la peste la tierra entera se tomó

Y cada ser fue encarcelado sin poder mirar su astro sol

Millones son los enlutados entre el miedo y el estupor

Por un minúsculo animalculo que sembró doquiera el terror

No había expertos que conocieran el operante destructor

Ni hubo barreras que atajaran rastro de muerte que dejó.

El tiempo pasa y el cruel bicho subir trabajo continuó

Poniendo siempre entre dicho a la ciencia y la religión

Máquinas muy sofisticadas y antibióticos a montón

Estancias muy desinfectadas que el virus mágico infectó.

Millones mueren sus cenizas el viento cruel se las llevó

Los corazones hechos trizas colgando al viento los dejó

El cielo azul pintó de grises colores tristes y encarnó

En las almas sus alas tristes y a los humildes prosternó..

El tren de la vida está anclado con fuertes anclas al dolor

Y el tiempo débil desnudado A una fatal oscilación

Sobre la frente de los vivos la fatal lápida pintó

Jardines negros siempre vivos cuyos dicen que no

No hay esperanza que sostenga ni la palabra ni la acción

De la vil muerte programada para mermar la población.

Cómo es posible que la ciencia de que se dice que avanzó

No detectar a la presencia de este dicho que trazó

La vida en muerte y que su genoma

Mil y una muertes siempre asoma

Con fantasmática ilusión...

*****

II. EPÍSTOLA A UN AMOR YA IDO

Usted fue lo más bello que el destino

Trajo a mi estancia mi señor,

Un ángel bello en el camino

Que el creador me regaló.

 

Es lo más bello ya lo digo

De su belleza el interior

Por eso siempre lo bendigo

Donde se encuentre Gran señor.

 

Si usted pudiera leer estos versos

Escritos desde el corazón

Allí encontraría universos

Opuestos a cualquier razón.

 

Yo a usted lo supongo lejos

En otra estancia al exterior

Y aunque nos hemos hecho viejos

Hay juventud en el interior.

 

El tiempo voraz se ha tragado

La juventud Sagrada flor

y como residuo ha dejado

Negras heridas de dolor.

 

Pero la psiquis sabia ignora

Que el tiempo raudo ya pasó

Como mortal aplanadora

Y la ilusión así arrasó.

 

Quisiera yo cumplir la cita

Para escuchar su dulce voz

Pues mi alma triste necesita

Oír del tiempo el altavoz

 

Con que a mi puerta usted llamaba

Con mil canciones de amor

Y su voz decía que me amaba

Para siempre mi gran señor.

 

Oigo su canto junto al río

De agua Azul en la Ribera

Y en mi alma siento el brillo

De la naciente primavera.

 

Quise escribirle esta epístola

En un remedo de poema

Y en su lugar surgió una ínsula

De matemático apotema.

 

Quiero soñar muy señor mío

Que usted a mí nunca me olvidó

En este cruento desvarío

Que mi alma triste desnudó.

 

Iii. LAS HOJAS DEL TIEMPO

El año ya casi muere, ya casi que muere el tiempo

En esta ciudad gigante en que la fiesta es un cuento.

Mezclas de mil y una música retumban en los oídos

Y los tronantes retumban marcando los tiempos idos.

 

Como los salmones todos los habitantes del mundo

Van tomando los recodos buscando su citibundo

Lugar de su nacimiento en los mares bien lejanos

Para gozar de contentos junto a los padres y hermanos.

Brilla la falsa alegría en los campos y ciudades

Y por dentro la agonía de llantos y soledades.

Una lágrima escondida en cenizas de un recuerdo

Como una pira encendida entre lo loco y lo cuerdo.

La locura rompe filas y desbarata su cárcel

Y en los jardines las lilas preguntan por el balcárcel

Las costumbres ancestrales salen desde sus guaridas

E inician los carnavales en sus tiendas guarecidas.

El pretexto el nacimiento de un niño que un día nació

Con el dulce miramiento de una estrella que alumbró

El pesebre donde un día María y San José

Escucharon salmo día de ángeles y un no sé qué

Murimurio de las estrellas que alumbraban el portal

Y ángeles con voces bellas tocaban un recital

De variados instrumentos que adoban siempre el cantar

De los hombres dan sedientos que quieren aparentar

Alegría con sus cantos y la tristeza aliviar

De tantos dolores tantos Dolores de leviatán

Brilla la tecnología brilla la Vida virtual

Burda y rara trilogía de la soledad bestial.

Desechados los tambores las cornetas y maracas

Reposan sus estertores obsoletas vacas placas

Ya no hay cacerolas viejas donde las abuelas calan

Los dulces y las consejas que oloroso olor exhalan

Ya no hay sartenes que friten empanadas y pasteles

Ya no hay cencerros cornetas

Ya no suenan cascabeles.

Ya no hay diablo que en la esquina vaya haciendo sus piruetas

Asustando las vecinas con sus gritos y sus tretas

Ya no hay regalos que lleguen en esas cartas secretas

Que los niños escribían en los tiempos de cosecha

Para que Papá Noel que fiel el oído acecha

Les trajera los regalos en una precisa fecha

Marcada con muy cuidado con una sagrada flecha

Para recordar al mundo que el año se ha de acabar

Y que como un errabundo año viejo ha de quedar

Quemado para matar los miedos que al hombre abrazan

Y permitirlo soñar con rayos que lentas trazan

Los luceros desde el cielo para el deseado año nuevo

Que semeja el empollar de una pierna ave el huevo

Del cual habrá de nacer una nueva criatura

Que permita comprender la ferviente realitura

De la vida que al correr se desliza por la arena

Cómo va el atardecer deslindándose en la pena.