A lo lejos te percibí
fragantes claveles en la alborada
mi amante dulce que tanto esperaba
en mis sueños ya te sentí.
Quería correr a su encuentro
abrazarlo y quedarme allí
sin temor a nada ni al mismo viento
amarlo con locura y frenesí.
Pero en el umbral de mi soledad
me quedé atada una vez más
viéndolo pasar como si nada
escuchando un silencioso
“Para la próxima, quizás”
Llevo varias lunas
esperando que él me mire
mis besos en el aire se desvanecen
los cardos a mi alrededor crecen
ya no hay más claveles en mi jardín.
Kerly Elizalde
Torbellino