Nunca supe ni cuánto duró el amor y los suspiros.
La verdad, jamás sentí, tal conmoción, en mi vida.
Yo sé que, la vida de los poetas da muchos giros.
En verdad de ti esperé, una velada más florecida.
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El silencio me fue matando y viví en desencanto.
Te recuerdo, como nunca, pero no debo hacerlo.
Vivo entonando tu canción y siempre te la canto.
Caigo en triste desaliento, yo creo, no merecerlo.
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Me llegan todas esas notas, en ellas, tu recuerdo.
Calladamente, se fue muriendo el regocijo en mí.
Si te amé, pero no nos, trazamos, ningún acuerdo.
Hoy yo sé que, en ese despecho, mi vida consumí.
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¡Es cierto, sí se agota el amor, algo ha de cambiar.
Es posible que, un amante al otro, le vaya a rogar¡