En la penumbra de la noche, en silencio profundo,
recito versos al viento, mi dolor sin segundo.
Esposa mía, ya no estás aquí a mi lado,
un mar de lágrimas en mi pecho ahogado.
Rimo mis suspiros, al cielo van volando,
como cartas sin destino, tu nombre llevando.
En el rincón de las sombras, tu ausencia persiste,
y en versos quebrados, mi dolor insiste.
\"¿Qué le digo a los niños?\" me pregunto, afligido,
cuando busquen tu risa y encuentren olvido.
Les hablaré con amor, en rimas de ternura,
de la madre que fue luz, en su vida tan pura.
Les diré que en los versos, viven tus abrazos,
que en cada estrofa, tus besos son lazos.
En las rimas y cuentos, hallarán tu esencia,
un eco suave que acaricia, sin más presencia.
\"La mamá se fue al cielo\", les contaré llorando,
como notas de un piano, en el viento viajando.
Les hablaré de estrellas, de noches con luz eterna,
donde tu alma reposa, en paz y serena.
En cada amanecer, les contaré tu historia,
que en su corazón, persiste tu memoria.
Les diré que te amasen, aunque no estés aquí,
y que en el cielo, como estrella, siempre brillarás así.
Así rimaré mis lágrimas, mis palabras de duelo,
te recitaré en versos, entre susurros al cielo.
¿Qué le digo a los niños? Mi dilema persiste,
pero en cada poema, tu amor siempre existe.