Elthan

Irradiando, refulgentemente.

Irradiando, refulgentemente.

 

Si dirigieras tu mirada, hacia lo empírico,
tal como yo le veo, desde mi génesis.
Entenderías como lloraría en tu nombre,
buscando lavar tus amarguras,
de un invierno que ha arribado,
donde las paredes se vuelven nidos
gélidos difíciles de sondear.

 

De ti he aprendido,
a ver la vida en toda amplitud
y reposa en la hermosura de la verde foresta.
Abrigando tus instintos y espíritu,
y si pesa en la atmosfera, la melancolía,
me es agradable la risa que traspasa…
¡ irradiando refulgentemente !.

 

Creo nunca decir lo suficiente, no es mezquindad para ti
el lenguaje se vuelve desdichado
ante tal desventura, le maldigo por ello,
silenciado ante lo que no puedo impregnar.

 

La vida en sueños, ¡ mis algarabías!,
explorando una posible, doble realidad
navegando entre ir y devenir.
Cuando los portales son abiertos
la lluvia cae purificando bajo el sol,
proporcionando calidez que nos invita, 
a contemplar la maravilla que es innegable.

 

La mirada cambio ante ojos,
¡ que expresaban todo, siempre será así !
traspasando laberínticas fortificaciones.
Hacia un núcleo que nadie puede ver
donde hay un sauce guarnecido, 
invisible por húmedas neblinas.

 

Lo majestuoso ha escuchado, la necesidad
de hacer la conexión,
iluminando, posesionando
eras oscuras dándole la tonalidad, al bello cielo.

 

Dos aves revolotean sobre las aguas,
entre los vapores y electricidad
un parecer estacionario, reflejado
irradiando, con faroles esmeraldas,
solo queda estar ahí y pronunciar. 
 ¡ Gracias por existir !. 

 

En el desenlace como suele ocurrir,
la inevitable singularidad,
evento significativo e ineludible,
inexorable, solo un latido habrá.

 


Elthan.