No eres mar tan profundo
como el sentido pesar
por él que se va del mundo
sin quererse nunca marchar.
Sin agua se queda el mar
por el querer de mis ojos
intensas lágrimas derramar
por su alma y despojo.
Una lágrima no brota
de un corazón sufrido
aunque esté arrepentido
no supera su derrota.
No es débil el que no llora
ni fuerte el que solloza;
siento dolor y muchas cosas
muere mi alma a toda hora.
Es dolor que desespera
que lastima la conciencia;
la ausencia prematura
aún siento su presencia.