Estoy cansado.
Cansado de sensaciones inseguras.
Cansado de las redes que generan relaciones secundarias con la misma persona.
Cansado de ir y venir, de la incertidumbre si lo suyo es un “Te quiero” o solo un “Quiero pasar el rato”.
Cansado de amar tanto a la libertad pero que su camino termine siempre en la soledad y el extenso vacío.
Cansado de las mentiras que me digo a mí mismo a las 3 de la madrugada después de tomar tres cervezas y un whisky.
Estoy cansado de mí (y más del mundo), pero no puedo abandonarme, soy lo único que tengo.
Ojalá descanse, y en un futuro no muy lejano también esté cansado pero que sea de tanto quererme a mí mismo y no necesitar más amor que el propio.
Diría que es una buena forma de cerrar el escrito, pero también estoy muy cansado de los “Ojalá”...