Atrapado en la hibrida noche
recorría aquel certamen
sumido en cenáculo de deseos
entre sombras articuladas
En el bureo se desprendía
el alcohol afrodisiaco
de aventuras inciertas,
trascendía entre la multitud
Una mano tomó mi cintura,
con la otra, atrajo mi cuerpo
al liberal calor humano
de aquella mujer disfrazada
La profunda somnolencia
en sus grises ojos, la pupila
dilatada fija la mirada
sobre mi boca entreabierta
Se abrazaba con fuerza
sobre mi cuello, y sudaba
en su alocada danza, me
inducia en la concurrida pista
Arrebatando mis labios
perpetuó un palpitante ósculo
liberando endorfina en
un sedimento de emoción
El eco en nuestros epitálamos
reblandeció la tensión prematura
y su cuerpo se escurrió por entre
mis carnales sensaciones
Penetraban cada uno de sus
extremos neuronales en mi
flácida y expectante estructura
molecular latente, insinuante
Ya en el ateneo lucernario,
un sicalíptico psicoanálisis
recorrió nuestras materias,
regalándonos delirios genésicos
¡Y el disfraz, estremeció a la noche!