Caminar en desiertos,
díscolos y escabrosos,
colmados de amor,
ver sus espejismos
con realismo y candor,
es soñar juntos
la ruta del esplendor.
En terrenos inhóspitos
la fe nunca se apaga,
la sed por lo mejor,
siempre apalanca
un destino superior.
Luz en la oscuridad,
que alumbra el yo interior
buscando la libertad,
divino fulgor.
El sueño de amor
supera inclemencias
y extremas calamidades.
Fe, sed y luz, cual oasis,
permiten avanzar
en difíciles praxis.
Nunca detenerse
ante adversidades,
necesario es vencer
a aciagos instantes
De pronto algo sucede,
altisonantes e insurrectos
hechos y retos
que sorprenden.
Vivir disipados,
bajo el mismo techo,
cada quien por su lado
exaltando sus derechos.
Vivencias de abrumados,
habrá chance
para evitar el descalabro
entre lo humano
y lo sagrado.
Si se puede!
Hay que intertarlo,
seguir adelante,
es motivo exacerbado
del hombre errante.