Euterpe Dalid

Péndulo y Luz

El péndulo de las tinieblas, gira sobre mí.

La obscuridad desciende como un buitre.

Mi corazón se para, deja de latir,

y las tinieblas descienden como un buitre, sobre mí.

 

Mi cuerpo es tocado por un rayo, el terror,

el terror acude a mi alma.

Todo me recuerda, todo me abruma, todo desciende,

como volutas de humo hacia mi alma.

 

No les soy ajena, me conocen, siempre que algo me turba

vengo. Me distraen de mis miedos con más miedos,

me distraen de mis dolores con ansiedad.

Los conozco, los visito, los repudio.

 

Veo una luz crecer, en los valles de la sombra,

un resplandor indecible. Le ven, Le odian, Le temen.

Más yo, Le siento, Le amo, y Le respeto.

Toma y mi alma y me muestra lo que temo y miro.

 

Parajes de obscuridad a un lado y parajes arbolados del otro.

Un manantial lleno de bondad, y unas aguas turbulentas.

Todo lo que veo es solo una pizca de lo que es en verdad.

Tomo mi corazón, mi alma, mi vida, mi cuerpo, mi espíritu y mi ser y Se lo doy.

 

Yo no puedo hacer nada, yo no me puedo salvar, no puedo huir,

no puedo escapar. No puedo existir, no puedo mantenerme.

No tengo honor, libertad, o ser, solo puedo creer.

Y ante todo me entrego a ÉL.