Si fuera poeta

A Atenea y a Dionisio

En el bastidor de mis peleas

donde le rezo a Atenea

que no haya más sacrilegio,

sacro santo lo más alto

donde a mi propia muerte le rezo.

Estancada en aquel bostezo

que dejó un sueño profano,

arraigado como un preso

a la libertad que tanto ha amado.

 

En el bastidor de mis peleas

Donde le rezo a Dionisio,

que disminuya aquel vicio

que dejaron las marcas de dolencia,

aquellas que con violencia

desenmascararon mi desquicio.