A pesar del silencio
voy buscando palabras,
que me dejen los versos
de tus labios de plata.
Es así, desde siempre,
cuando vi tu mirada,
que buscaba, sin verle
al autor de tu drama.
Unas letras sencillas
de tus dedos manaban,
como tiernas caricias,
que alegraban el alma.
Yo observé tu saludo
a la rosa temprana,
y aquel beso y embrujo
que rozó mis entrañas.
Es por eso que, ahora,
busco en paz esa calma,
y en silencio, la rosa,
deja en mi tu palabra.
A pesar del silencio
busco el verso que falta,
y con él ese aliento,
que de vida a mi alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/01/24