Darío Méndez

Soy

 

Soy el carcelero de mí mismo,
El asesino de mis sueños,
El homicida de mi memoria.
Soy un navegante clandestino,
De mis noches de insomnio
Y mis días de eternas horas.
Soy la aguja que se detiene,
En el reloj agonizante,
En mi sala de derrotas.
Soy la hoja en blanco,
En el libro de la muerte.
Aguardando atentamente
El final de mi historia.
Soy esclavo obediente,
de una diosa deprimente,
que de orgullo me corona.
Soy el poeta doliente,
De un destino sin suerte,
De un corazón que no perdona.
Soy la luz que se apaga,
En la farola de la calle,
Donde paseas ahora.
Era la estrella de tus ojos,
El amor de tus años mozos.
Ahora, ahora soy solo sombras.