Azul de cianuro
Romance octosÃlabo
Necesito que me insistas.
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Necesito que te quedes,
que me insistas como antes,
quiero darte un largo abrazo.
Te veré cruzar la calle
luego con el pecho roto,
lloverá en los verdes valles,
contemplaré ese plus gris
como el dolor de mi carne.
No quiero verte marchar,
aunque ya sea muy tarde,
porqué sin más moriré;
ausencia y mucho desastre
solo eso queda en el alma,
una nocturna debacle
que me sabe a puro insomnio,
a desdén y mucho adarce.
No contemplaré otra luna
en la trascienda del viaje
y así como cayó Roma
seré cual aquella ave
fénix que se hace favilas,
mas no oiré en mi desgarre
otro canto, u otra sonata
que no hable de la insondable
nostalgia que siento ahora.
Me ahoga como los mares
la desgracia de tu adiòs,
que es la causa de mis males.
_Sí se nos rompe el idilio
y el latir agonizante
hace mutis el momento
se sentirán los desgastes
como arpones sin piedad,
el único desenlace
de esta historia de tragedia
será un feroz duelo infame,
un pésame que recita
lutos que en ecos subyacen_;
qué fácil te olvidaría,
si solo fueran capaces
mis adentros y mi piel,
mas lejos de afectarme
la odisea de perderte
hace que sean fugaces
las motivos de vivir.
Necesito que me llames,
antes que la casta alba
de lumbre pía me abrace
espero ansioso tu arrullo,
ansio que tu amor me salve.
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Azul de cianuro