Fuego que me da vida
y mi vientre enciende
siento como se humedece
lo más íntimo de mi ser.
Su voz a mis sentidos cautiva
su cuerpo reclama mis atenciones
desnuda a él me muestro sin inhibiciones
me contempla y me llama su mujer.
Juego de miradas y besos de miel
llevo tiempo deseando conocer
hasta qué punto él llegaría
con tal de mi cuerpo poseer.
Enamorada vivo del sentir
como una amante complaciente
esperando cada noche verlo venir
y llorando su ausencia amargamente.
Le soy fiel a mi pasión de mujer
amando a quien ama mi alma y piel
mi dualidad florece si me sabes querer,
pero si siento falsedad en tu proceder
nunca más a ti volveré.
No es sólo con cualquiera acostarse
es mucho más espiritual de lo que se ve
es entregar energía, pasión y fe,
complementarse en otro ser.
Por tal razón amo sin medida
doy todo lo que puede dar una mujer.
¿Y tú qué estarías dispuesto a dar?
Kerly Elizalde
Torbellino