Si fuese tu amante, mujer,
sería ola gigante en tu pecho,
tejedor de rosas en tu pubis
y labriego sediento en tu desierto.
Su fuese tu hombre, mujer,
seria águila en el azul de tu cielo,
barca en las hondas aguas de tu mar
y marinero en las redes de tu cuerpo.
Si fuese tu esposo, mujer,
sería muro de piedra en tu casa,
techo fuerte para lluvias y vientos
y pastor incansable de tus hijos y tiempo.