Tengo una casa que no es un hogar, es un escape al silencio, a la soledad, un terreno que escucha mis lamentos, una tierra siendo regada con lágrimas de mi sufrir, unas paredes que son mudas, pero que saben oír.
Tengo una casa casi sin vida, no hay niños correteando, ni hay ruidos que le den vida, solo se convierte en un panteón para este cuerpo que llega simplemente a dormir, para esta alma que se escabulle entre las sombras buscando consuelo.
Y es que en el sollozar de las noches, me escucho en silencio, y cuanta razón tiene la casa, cuando le hablo y me repite lo mismo de nuevo.
¿Cuánto más debo soportar?
¿Cuánto mas?
De nuevo estoy sumergido en el silencio y la desolada noche que me acompaña, de nuevo el viento se mezcla con mis arrebatos de tristeza y de rabia, de nuevo estoy aquí, en esta casa que se convirtió en mi soledad, en esta tumba donde llegó acostarme simplemente a pensar.
Henry Ruiz
18 DE ENERO 2024
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