Una mirada de metal, un ojo al vacío,
una noche sin ideas,
una mente tendida,
de todo un poco la noche golpea,
ahora es el llanto de un bebé,
ahora es un vaso de agua al suelo caído,
ahora es un borbotón de misterios,
ahora mismo es una amiga
que se viene hasta uno,
que huye del sol,
que encuentra en mi media luna
el sosiego de las tinieblas,
la gota de tinta,
para acabar este poema
sin más garras que un poco de avaricia,
el día le deslumbra
y ella luz divina de las melancolías busca
su cobijo en alguna de mis pocas sonrisas,
si una flecha pincha
¿que quieren que yo les diga?
no menos deja de hacerlo un trozo de escarcha en el pensamiento a la deriva.