(Romance alejandrino)
He de pasar las noches, solitario, al anhelo
de sentir algún día la caricia bandida,
los besos carmesí, los senos, que, prohibidos
por la negra distancia, por una mano fría.
He de pasar penando por el sueño poeta,
por los suelos de arena, por alguna cantina.
¡Grande y cruel es la sed y pequeña mi boca!
Deseo beber agua de la flor que me astilla.
¿Cuándo me llenarás este vaso vacío?
¿Cuándo arderá la sangre? ¿Cuándo serás, Alicia?
Soy gorrión abnegado a los vuelos de otoño,
al amor embriagante, al oasis que alivia.
¿Cuándo serás señora? ¿Cuándo serás lo grato?
¿Alivio de mi hastió, la cuerda de mi lira?
Si por amor seré el grillo que te canta,
también seré la espera, ¡oh!, la espera bendita.