Brian Carmona

EL CANTO DE LAS SIRENAS

 

En la orilla del océano, donde la luna se inclina,

resuena el eco del canto de las sirenas.

Voces de encanto, melodías que hechizan,

en las olas danzan, susurran y avivan.

 

Sus cabellos ondean, como algas en el viento,

sirenas misteriosas, bajo el azul del firmamento.

Cantos que emergen de las profundidades,

un eco ancestral que despierta emociones.

 

En notas salinas, el mar es su pentagrama,

sinfonía marina que a los barcos reclama.

Marineros escuchan, hipnotizados por el laúd,

el canto de las sirenas, dulce y agudo.

 

En la penumbra del crepúsculo marino,

las sirenas entrelazan su canto divino.

seducción en sus notas, un hechizo sonoro,

que envuelve los corazones con un encanto tesoro.

 

Navegan en corrientes, como aves de agua,

el canto de las sirenas, una canción que embriaga.

Atrapan los sueños en sus redes de coral,

sus voces, son faros en la oscuridad celestial.

 

Y en la danza del canto, hay un eco de pesar,

un lamento que en las olas se deja naufragar.

Pues el canto de las sirenas, de embriaguez y desvelo,

es un llamado a la eternidad, un canto del destierro.

 

En el abrazo del océano, las sirenas entonan,

un himno antiguo que en el alma resuena.

Canto de misterio, de encanto y de mareas,

el canto de las sirenas, entre mitos y poemas.