Tu boca suave en mi boca
se decanta renovada
y un crepúsculo evoca
tu voz tibia y deseada.
Un cielo ocre se derrama
en la luz que te da forma,
temblando como una llama
tu piel en mi se transforma,
se ciñe la lluvia al fuego,
tu cuerpo se alza, me abrazas,
en el eco de tu ruego
mi discreción amenazas.
Te busco y no sé dónde estás
y un suspiro se recuesta
del noctívago compás
esperando una respuesta.