... y sepámoslo o no, y una a una, con nuestras fuerzas y potencias reunidas,
llamando vamos a todas las puertas del planeta:
a las de todos los cielos y reinos, todas las edades, todos los abismos y todos los silencios;
golpeando estamos, pues, en fronteras, oscuridades y lumbres,
ojos y gargantas, mentes y corazones;
yo sé que allí, tras los gruesos muros de agua o sangre, de piedra o fuego,
hay un sueño cósmico escondido,
un tímpano esperándonos, una eclosión de luz uncida,
un canto con que arder y su valor,
un candil,
una esperanza;
... y ya, ya ven que, aunque el hombre sea un microcosmos con dimensiones múltiples o cuánticas,
en este río o discurrir mortal nos abismamos, nos buscamos y desconocemos aún;
y sí y sí,
bien sabemos que resucitándonos y matándonos,
el amor y la muerte han llegado aquí desde muy lejos;
… por tanto, y a fin de querer vivir, vivir y vivir y auto-resucitarnos definitivamente,
tendremos que cruzar todos los puentes, abrir todas las puertas
y erigir un quantum de esplendor ascendido;
pero cómo - pregunto - cómo hacerlo,
si en este afán o intento, ni siquiera intuyo la edad de este poema.
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Antonio Justel/Orión de Panthoseas
https://www.oriondepanthosseas.com