Un cepo en el sofá donde queda tu presencia
desgarrada por mis esturreos de perdón.
Me apego a tus lomos acariciando la virtud de lo salvaje
donde se acepta la rendición.
Un frasquito de tiempo azul celeste
con estancia de millos tostados.
Bordar tus pies con saliva
Croché con agujas de mondar dientes de dragón.
Alabanza a tus tobillos,
bautizados
con el charco de mi angustia
Momentos en los que me gusta mirarte desde abajo
y no ver en tí ninguna sombra.
Aprovechar toda la superficie disponible
por mi piel sudada de amoniaco
para cimentar una viga de razón sobre este suelo
Usando de nivel tu gravedad -
Me dices escopeta de feria
Y me pagaste como Winchester.
Cada perdigón que no da al blanco
es un meteorito en mis pesadillas.
Me sentí Virgen María
bajo tu regazo postrado
esperando con la mirada hacia arriba
la sentencia anudada sobre un rayo.
Resarcir tu esperanza,
transformar al invitado
y descargar tu frente de motivos
es la máxima de hoy.
Déjame ser después de esta tormenta
torpe y bueno, como siempre he sido.
Hueles a millos tostados por la noche,
permite que mi muela te haga gofio.