Entes incomprendidos y con remordimiento,
Su más grande maldición es su imaginación,
No existe normalidad en su entendimiento,
Solo existe un sentimiento de marginación.
Su paupérrima realidad es caótica y lamentable,
Choca la ilusión con la desagradable imitación,
La irrealidad la transcriben en su prosa amable,
Sin saber que es reprochable su vaga situación.
El origen de su mal es su desamor y soledad,
Sus agonías son las peores cosas de su corazón,
La cotidianidad es efímera en su trágica edad,
Sus deseos son sus tétricos versos con razón.
La muerte es su regocijo después tanta calamidad
Ella les da de anidar una oportuna nueva vida
Les muestra su cariño de benevolencia y humildad
La parca les otorga amor y afecto en su bienvenida.