Elthan

Caída libre.

Caída libre.

 

Ascender, la cúspide más elevada sin cesar,
un mohoso baúl, a cuestas ir cargando,
se priva del aire, pies y manos destrozados.
La resina del tabaco, el nuevo camarada,
oprime y agobia los pulmones,
la hiel molesta la garganta,
aún no hay rendición,
el objeto debe ser destruido.

 

Distinguiendo todo en la cima…
Aventar con violencia, la llave del baúl a lo eterno.
Innecesaria, la fina delicadeza,
la poderosa esencia forja el arma perfecta,
ciento veinte filos, que asesinan, incluso el viento.
Hecho, con trozos del corazón en soledad, sufrimiento,
en lapsos de aquelarres, desesperación, sosiego
¿Quien sabrá como se da tal gestación?.

 

La contemplación por la eternidad,
se torna un patético hábito, ¡ cuánta caridad !.
Entre las astillas se visualizan tesoros,
alguna vez irradiados por las estrellas.
Sin apreciarlo, ya no interesan,
son pergaminos, recuerdos, sentimientos, imágenes, ilusiones, palabras, etc, etc.
Con yesca y pedernal, incinerados.
¿ Lo paradójico sucede a perpetuidad ?.

 

A tal altura observar el infinito,
extender las manos, sentirse condenado.
En tal abandono, escuchar un canto…
Por el que marineros hipnotizados,
hacían naufragar sus embarcaciones.
Mirar abajo, muy lejos. El océano,
vórtices en espiral elípticos, exigen,
mofándose de tal supuesto auxilio.
Formas serpenteadas ríen.
¡Oh, bendita fatalidad, la tragedia !.

 

Identificar unos cálidos ojos oscuros, en tal fondo
traspasando el alma satisfactoriamente,
ansían querer otorgar, la libertad.
¿ Sin dudas es ?, al vació, salto de fe,
la brisa acaricia las llagas, la sangre escurre del ser
dejando al paso estelas carmesí.
lagrimas guardadas en el refugio, el Edén,
escurren, mientras se desciende cual proyectil,
convencido en incesante caída libre,
para reunirse con aquella sirena.

 

Y golpear el infinito océano,
pétalos de roció, sacuden las percepciones,
fundióse el espíritu en el descenso.
Impetuosa necesidad,  
de lo que deleita la vida.
Desesperación, confusión en el espejo del alma,
invasión por la oscuridad.
Ya no hay nada, solo nulidad de existir.

 

Dejar las razones, desvincularse de ellas,
para otra oportunidad, la sirena de ojos oscuros,
solo quedan restos de un baúl, el conformismo.
En el concreto, la huella del dolor,
todo veneno, afecta la existencia. 
¿ En que lugar se obtiene consuelo ?
A la vida y corazón, ya no importa,
solo, el danzar sobre la tumba.

 

 

 


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