Cómo dejastes de querer , a la mujer
que siempre a tu lado estuvo fiel.
Que no te pedía, que no te exigía
que con caricias tú desdén cubría.
Que en tus días soleados ella era tu sombra.
Era el agua que tu sed saciaba,
y el pan que tu hambre calmaba.
Si triste tú estabas, su alegría te entregaba.
Y en las noches frías su cuerpo te abrigaba.
Y hoy que tu corazón, por otra palpita.
En sus ojos el dolor, se prendió.
La rosa del amor que un día tú le regalastes
en tú corazón se marchitó.
No te das cuenta, le estás causando daño.
Que es por tí , que sufre tu mujer,
y por la casa, la ves caminar
taciturna y con ganas de llorar.
Ten cuidado, la puedes perder
la única persona que te quiere bien.