Tu piel despierta mi lascivia,
un abrazo tuyo es suficiente
para encender mi instinto
de salvaje lujuria.
Elevas mi deseo
con tu pícara sonrisa
ante ti no es efectiva
mi reputación de hombre decente
en el fondo sabes que no soy inocente.
Mis manos te levantan
y recorren con anhelo,
siento entre mis dedos
el mundo entero.
Y en un mar de intensos besos
y caricias con ternura
nace mi tosco deseo
de estar adentro tuyo.
Mis brazos te rodean y acomodan,
empiezan las embestidas fuertes
agitado y palpitante,
me sientes,
embriagada por mi ímpetu animal.
Te quiero tanto
que contigo pierdo el freno
y me vuelvo egoísta,
no hay forma de apagar
este fuego hedonista.