Palabras de miel
Que todo es vanidad, yo no lo niego
por dicha o por palabra, o por castigo;
yo sé que el alma vive y que hay mendigo
en donde todo es obra, mas no un juego.
El hombre que se aflije, muere luego;
su boca lo confiesa y le es testigo.
En cambio, el que sustenta al buen amigo
de pronto se convierte y mata el ego.
No dejes engañarte por la suerte,
que a todos nos atrapa en su guarida
por causa de una cosa que pervierte,
o bien, por la conciencia derretida.
Si sigues la mentira que es la muerte,
tus ojos no verán jamás la vida.
Samuel Dixon