Mr Ed

Manso resplandor

El encanto del mar, la arena,

una brisa serena calma todo mal,

ciudad habitada, ansiedades profundas,

luces que deslumbran a todo mortal.

 

Tesoro escondido en un verde horizonte

¿Acaso no hay penas a orillas del mar?

Recojo mis sueños que entibian mi alma,

de mi propia calma me suelo adueñar.

 

Al fondo este cielo sigue y se acaricia

con las suaves aguas que vuelve a besar,

extraño sus ojos, su cara y su risa,

las nubes borrosas han quedado atrás.

 

Por último el crepúsculo se presta insistente

y recuerdo su cuerpo con toda pasión,

intensa es la llama que fulgura lejos,

el sol que se oculta como mi corazón.

 

Ya viene la noche a adueñarse del momento,

de lo efímero del tiempo paladeo su sabor,

mi soledad sola que acompaña mis cimientos,

y se lleva lejos este manso resplandor.