FRANCISCO CARRILLO

ENTRE SABANAS SUDADAS.

Quiero tu sangre en mis venas

tus suspiros, en mi pecho,

quiero tener tus deseos

y tu boca entre mis piernas,

quiero tener tu boca

atrapada entre mis dientes,

quiero soñar que tienes

el cuerpo, con poca ropa

y quiero hacerte que tiembles.

Ver tus ojos como tornan

en blanco puro deseo,

ver tu cuerpo estremecerse

al tocarte con mis dedos,

ser sutil y ser salvaje

adornarte de mil besos

intentar parar el tiempo,

no dejarlo que se pase.

Quiero el sabor de tus pechos

en mi lengua, alocada,

quiero comerte la cara

sin separar nuestros cuerpos,

y quiero que sea la cama

quien guarde nuestros secretos.

Que mis pies te hagan esclava

y de tus manos, ser preso

que los gemidos que callas,

sean gritos de deseo

y con los míos no bastan.

Que el temblor de nuestros cuerpos

hagan el baile de mantas,

y que el va y ven de la cama

diga lo que te quiero,

desde la noche, hasta el alba.

Que se cierre la ventana

por pudor y por respeto,

que las luces apagadas

hagan que note tu cuerpo,

con la mirada cegada.

Que me cabalgues cual potro

sin censuras ni palabras,

y que seamos dos almas

que gozan uno con otro,

que no se apague la llama.

Subirme en ti, cual vaquero

en yegua descontrolada,

usar de lazo tu pelo

y de montura tus nalgas,

que notes como me muevo.

Que me sientas muy adentro

que sean mil puñaladas,

de carne dura y sudada

las que estremezcan tu cuerpo,

y pides desesperada.

Que la pasión que yo siento

tu la sientas igualada,

que no sea solo sexo

lo que añoremos mañana,

que el calor que ahora ofrezco

temple tu piel congelada,

y que la mía se apaga

al contacto con tu hielo,

que es verdad que existe el cielo¡

entre sábanas sudadas.