Ayer en la rutina sumergida
entre los quehaceres y la familia
vi el mensaje de un extraño
y yo que no soy descortés
conteste sin agravio.
Me dio curiosidad el recién llegado
pues en parte me gustan los halagos
pero siempre están en la tierra mis pies
no dejé ver ningún tipo de interés.
Tratando con respeto y de usted
me mantuve firme en esa charla
más después de un tiempo
una risa pícara se dibujó en mi cara.
No perdió el tiempo y entre la conversación
dejó claro que quería salir conmigo
y me tentaba el desconocido
pero antes de dar respuesta
investigué un poco en su bío.
No era novedad y juzgar por su edad
esta felizmente casado
Tenía fotografías con su esposa
a la cual le dedicaba su amor eterno.
Vaya pilluelo quería una mosa
Yo ya no estoy en edad para esos enredos.
¿A mis treinta y uno ser la otra?
No, no, no
Le di las gracias por ser educada
Pero su invitación rechace amablemente
No vaya ser que por jugar a la imprudente
Me vea la señora y me saque a patadas.
Total las mosas siempre tiene la culpa
El hombre termina siendo el santo tentado
Que pecado he cometido
Que mal karma sigo pagando
Que me salen puros hombres casados.
Kerly Elizalde
Torbellino