Cae la tarde fría y helada en la aldea,
Caen las sombras en la aldea, en esta tarde fría y helada,
un manto de hielo cubre campos, tejados y la vereda.
El viento susurra secretos, entre las ramas temblorosas,
la niebla abraza los rincones, dejando huellas vaporosas.
En la aldea tranquila, las luces titilan con timidez,
un resplandor tenue en las ventanas, como destellos de miel.
El suelo crujiente bajo los pasos, eco de la estación gélida,
los habitantes se arropan, en el abrazo de la noche fruncida.
El humo se eleva en espirales desde las chimeneas,
pintando en el aire historias de calor y añoranzas.
En la aldea dormida, el susurro de la escarcha es poesía,
cada cristal congelado cuenta cuentos de la melancolía.
En esta tarde fría, el tiempo se detiene en susurros helados,
la aldea se acurruca, en el silencio de los sueños atrapados.
Y así, entre la bruma y el gélido encanto que se desgrana,
la aldea vive su invierno, en esta tarde fría y helada.
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