El eco de tu ausencia
retumba en las paredes.
Y tú que ya no vienes
y tú que no me quieres.
Las sombra de tu olvido
deambula por la casa.
Y el sol que la acaricia
y el viento que la abraza.
La escucho susurrando
que ya no volverá.
Me dejará un espacio
que no podré llenar.
Mis ojos están cansados
ya no quieren ni llorar,
por sentir el gran vacío
que dejaste tú al marchar.
Quedan algunas fotografías
que ya se están borrando,
por tantas lagrimillas
que aún están brotando.
Mi boca no te nombra,
ni te buscan mis brazos.
Vacío está el regazo
lo ocupa hoy tu sombra.