Te soñé, entre lunas y soles tu mirada encontré, después de cada llovizna tu sonrisa añoré y justo ella me dio la vida después de encontrarme al borde de morir por sed.
Te esperé, caminando por la playa sintiendo la arena en mis pies, la brisa me acarició el alma y me hablo de amor y de fe.
Te encontré, observaba a las gaviotas, lo admirable especié que es y de repente ahí te encuentro en un bello amanecer, con tu increíble figura me deslumbrastes al ver tu constante alegría, tus deseos de aprender, de ver todo lo positivo, de luz irradiar y ser.
Te encontré y me encontrastes y nunca te perderé.