Pude haber sido, y no fui.
Por ser amante del silencio,
por ser otoño en la primavera,
por ser a la vez, consuelo y lamento,
desierto en perennes deseos
y castiza voz que enmudezco.
Pude haber sido hombre de paz,
pero me conquistó la guerra.
Todos los encantos del caos,
me los enseñó ella.
Pude haber sido uno más..
El más prudente de los necios,
labrador y verdugo, el remitente
de todos mis sueños
y por soñar, por arder sin pecado
soy quien ya no tiene miedo.
Pude haber sido fortuna,
la tiritaña que dura y dura..
el arbusto que creció en el patio
y con lo angosto lucha.
Pude haber sido, y no fui.
Ser lleno enjambre de himenópteros,
mano que mueve la escanilla.
Tal vez un cristiano de los buenos.
La mentira esparcida en cada metro
y un loco que se muere en su cielo.
¡¡Pero no soy nada!! Nada de eso.
Yo soy el ave que engulló sus alas,
una tormenta serena,
un grillo que ya no canta.
Sólo soy eslabón suelto,
el poeta que aún espera la llegada.
Su caos, su guerra, su arbusto,
su locura y su demencia, las ansias.
Soy el que sueña con el ruido,
y le asusta el murmullo de la nada...