José Ángel Pineda

La flor de una caricia

Una noche de música divina,

escuchando cada nota en tu piel,

a veces muy alegre, a veces triste,

pero siempre con el sabor a miel

encantadora, pasas cautelosa,

cubriendo llantos, con una sonrisa

de una luz brillante, siento la calma

viva, como la flor de una caricia.