En la rutina creciente
que vivo como poeta,
todos mis versos defienden
tu amor de lavanda y fresa.
En la rutina asfixiante
que sufro como poeta,
las agujas de mi tiempo
describen tu amor de ida y vuelta.
En la rutina punzante
que vivo como poeta,
la soledad me devora
en nuestra cama desierta.
En la rutina agobiante
que sufro como poeta,
mi lágrima de desvanece
como tu lluvia en mi tierra.
En la rutina imposible
que sufro sobre mi arena,
la vida me está enseñando
a sentir como poeta.