Darío Méndez

Incertidumbre

 

 

No sé nada, no entiendo qué pasó.

Ayer eras mi compañera, mi ancla en la tormenta.

Hoy te desvaneces como la niebla,

te cubres de misterio, escondes tu rostro.

Apagas la luz de tus ojos, apagas la luz…

Te escondes entre las sombras,

solo escucho tus plegarias.

Le ruegas al Padre bondadoso

que me aleje de tu mirada,

que vuelva a mi barco varado,

que no mire el pasado,

que zarpe de inmediato hacia el mar…

En el muelle de la tristeza

dejé tus besos naufragar.

Y emprendiendo el regreso

a quién sabe qué puerto voy a llegar…

Te observo a la distancia

con el corazón roto,

tu dedo índice sobre tus labios rojos

silencia el bramido de las olas en el mar.